Cuando nos referimos a Juan Bautista Alberdi, lo hacemos, sin dudas, con el mayor Jurisconsulto argentino, demás del notable escritor y político que fuera. Nació en la provincia de Tucumán el año que la patria daba sus primeros gritos en la inolvidable semana de mayo y falleció en el año 1884. A su notable pluma se deben memorables trabajos que influyeron decididamente en las resoluciones del Congreso General Constituyente de Tucumán celebrado en el año 1853, a los que luego la Historia Argentina conocería con el nombre de LAS BASES DE ALBERDI.

Su directa descendencia vasca proviene de Salvador Alberdi, su padre, y Josefa Rosa Aráoz,su madre. Era un matrimonio bizkaitarra llegado al Río de la Plata en el año 1790, aproximadamente y que se trasladaría rápidamente a Tucumán, a favor de los lazos sanguíneos de Josefa de Araoz con la familia del mismo apellido y que tuviera papel preponderante en los sucesos de la época en la provincia.

 Nacido en los albores de 1810, Alberdi cursó sus estudios primarios y secundarios en una escuela de la capital tucumana fundada por Manuel Belgrano cuando asentara sus ejércitos nacionales allí. Siendo muy joven, con apenas quince años, sus padres lo enviaron a Buenos Aires para que prosiguiera su carrera, aunque de inmediato mutara hacia todo lo relacionado con la música, Al cabo, se transformó en eximio pianista que trabaría amistad férrea con la familia Sánchez, fundamentalmente, con la agraciada Mariquita. En las exquisitas tertulias realizadas en su casa logrará codearse con la elite más poderosa de aquel Buenos Aires, dando lugar a sus críticos para que lo catalogasen de llevar "una vida frívola".

En su trabajo autobibliográfico, Alberdi intentará explicar el origen de una vida alejada de toda responsabilidad, aunque aquella primeriza intención fuese dejada de lado, al verse involucrado como intelectual de fuste en las persecusiones de que fuera objeto por la feroz tiranía impuesta por Rosas.

Al paso de los años contrajo graves dolencias físicas que lo postraron en la cama durante mucho tiempo. La Historia da cuenta, a propósito,de diversas anécdotas como el diálogo mantenido con su médico:

-No abra usted un libro, pasee mucho al aire libre y vaya a los bailes y diviértase.

-No sé bailar ni me gusta el baile, doctor.

-La única medicina que lo curará está en la diversión. Hágalo.

La fama de estudiante indisciplinado sería su carta de presentación durante muchos años, al cabo de los cuales, cuando Rosas cerrara el Colegio de Ciencias Morales, dará comienzo su prestigiosa carrera política. Protegido por amigos, permaneció en Buenos Aires hasta el año 1834. En 1837 viaja y se radica en el interior. Hacia el año 1840 escribió su gran obra FRAGMENTO PRELIMINAR AL ESTUDIO DEL DERECHO, que coincide con su lanzamiento de lleno a la política argentina. A raíz de la persistente persecusión por parte de la mazorca debió exiliarse en Chile, donde conocería a otro descendiente de Euskadi, José Gervasio Artigas. En el país trasandino escribirá sus famosas BASES Y PUNTOS DE PARTIDA PARA LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA CONFEDERACIÓN.

En su magno aporte a la organización política del país se planteará la necesidad de organizar el Estado argentino bajo la forma republicana, representativa y federal, fortaleciendo el Poder Ejecutivo (sus ideas las tomará Justo José de Urquiza). Allí abogará por la igualdad de derechos para todos los habitantes del suelo argentino (art 14), la autonomía de las provincias y la libre navegación de los ríos.

EL general Urquiza expondrá su pensamiento sobre Alberdi con estas frases: su bien pensado libro, es a mi juicio, un medio de cooperación fundamental. No pudo ser escrito ni publicado en mejor oportunidad. Por mi parte, lo acepto como digno homenaje a la patria hecho por un buen argentino, hijo de vascos como lo soy yo.

A su tiempo, Bartolomé Mitre diría: Representa la verdadera inteligencia creativa, el político maduro de pensamiento y largas vistas (...). Ha sido entre todos nosotros el más apto para construir y fundar un régimen institucionalista ajustado a las exigencias del presente y del futuro. Indudablemente, su pura esencia vasca lo ha destacado entre los mejores.

Fue Alberdi un aliado insustituible de Urquiza al punto de designarlo representante de la Confederación Argentina en Europa.

Durante su ausencia del país, los gobernantes provincianos ponían en práctica la fórmula alberdiana basada en el orden y la libertad junto a la valoración de la idea del "Progreso Necesario" (Alberdi suscribía al plan de gobierno chileno del presidente Portal).

En su inigualable trabajo, Alberdi había planteado la necesidad que las leyes y el poder fueran detentados por Notables (mal interpretado, suponía dejar de lado el vulgo en beneficio de la aristocracia) hasta que a través del lema EDUCAR AL SOBERANO lograran incorporarse nuevos hombres al sistema político argentino con mayores conocimientos.

En sus cartas Quillotanas le responderá al siempre crítico Domingo Faustino Sarmiento a través de misivas memorables como: "Una vez atravesada la etapa oscura que padeciera nuestro país habrá que trabajar y en demasía para llevar a cabo el plan surgido en mayo de 1810, luego interrumpido por el caudillismo provincial y porteño. Destruir es fácil amigo Sarmiento, no requiere estudio. Tod el mundo sabe destruir en política,tanto como en la Ingeniería o la Arquitectura. En cambio, edificar es obra de arte que requiere aprendizaje. En la paz, en la era de la organizaición en que ingresa el país, se trata no ya de una persona sino de instituciones. Es la Constitución misma, de leyes orgánicas, de reglamentos de administración polìtica y económica, de código civil, de comercio y penal, de derecho marítimo y administrativo, entre cientos de cuestiones. Usted es un hombre pensante. sé que coincide el fondo, aunque no en las formas".

Para la posteridad han quedado frases de Alberdi como:

"La riqueza, como la libertad, viven en el hombre y tienen por causa al hombre. En él está la mina, no en el subsuelo. El suelo puede estar lleno de oro, pero allí se quedará si falta el hombre capaz de explotarlo".

Otra frase que pintará de cuerpo entero el pensamiento de este buen hijo de Euskadi fue: "Mi padre nació en Bizkaia y llegó a Buenos Aires no como emigrado sino como el hombre que cambia de domicilio en su mismo país. Él abrazó la causa de la revolución argentina como una prolongación del instinto vascongado por la autonomía local"