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Historia de la lengua materna. Primer módulo. Prof. Luis Lúquez .

El euskara y el hombre vasco han resultado indisolubles al paso de los siglos, resistiendo la historia misma que los cobija. De hecho, se corresponden absolutamente porque quienes lo hablan son hombres, mujeres y niños euskaldunes. Se trata, como en casos excepcionales, una verdad de perogrullo consustanciada con cualquier ciencia exacta, puesto que ha significado un lazo de unión entre los pueblos que la hablaron y aún lo hablan y para bien o mal, barrera inexpugnable para quienes no lo hicieron ni lo hacen.Ni siquiera podemos hacer mención a la época histórica de su nacimiento porque al igual que la mismísima sociedad euskal, no data desde...sino que su presencia se pierde en el tiempo. De tal modo han concluido los estudios e investigaciones realizadas hasta el año 1982 por las universidades de Stanford (California) y Oxfford (Inglaterra). El notable investigador Cavalli Sforza admitió que una de las mayores falencias que presentará la Humanidad, será siempre ignorar de dónde proviene el euskara.

Si bien de uso reducido, el euskara aún vive en una comunidad de pequeñas dimensiones con valores inconmensurables que sólo le dan quienes la sienten propia. Tal certeza permite afirmar que la lengua materna ha permitido el sostenimiento de sus pueblos.-Habla a lo vasco-, es una frase que ha recorrido el mundo y por supuesto, se acuñó en las costumbres de sociedades que como la República Argentina, cobijaron a decenas de miles de vascos. ¿Qué ha dado fundamento al paralelo?. Pues, varias razones matizan la explicación: definitivamente, el euskara y sus dialectos no guardan parentesco alguno con lenguas europeas por mucho que distintos intentos por mixturarla hayan existido.

Nada de cuanto se ha dicho es verdad, comprobado que quedara que las tribus Euskaldunak fueron las primeras, de características nómades, en asentarse en un territorio mucho más extendido que el ocupado actualmente.No es casual y obedece a cuestiones puramente científicas y de interés cultural que el euskara haya atraído a innumerables filólogos que desearon conocer las razones por las cuales los vascos la defendieron del modo que lo hicieron a través de los siglos. Uno de ellos, quizás el que con mayor propiedad pudiese hablar del euskara y su patrimonio, fue el filólogo alemán, Wilhmer von Humboldt. Tan subyugado se sintió por Euskadi, sus usos y costumbres que decidió convivir por el término de un año entre BISCAYEN (así se conocía a los vascos en Europa a principios del año 1800.

Abonamos a la postura de desterrar mitos referidos a que existen lenguas más difíciles que otras (el euskara lo es, sin dudas) o que las hay más filosóficas o más progresistas que las demás. Por supuesto, para quienes hablan lenguas romances siempre le será más llevadero hacerlo con otras del mismo grupo. Tanto Lafón como casi todos los investigadores coincidieron en iguales argumentos: los inexpugnables Pirineos defendieron a ultranza el idioma y por mucho que los romanos impusieran el latín en las llanadas arabesas y parte de Gipúzkoa y Nafarroa, en sus desfiladeros se refugiaría el euskara para sostenerse durante siglos del asedio invasor. Tanto su pureza como sus principales características casi no sufrieron modificaciones. Conseguiría, entonces, resguardar inalterable su fisonomía y a través de sus dialectos florecer hasta enriquecerse con sus auténticas raíces.Volviendo a Lafón, un historiador de manifiesta antipatía por el hombre vasco y su historia, le asignaba al euskara una territorialidad cercana a los 170 km de Este a Oeste y 60 km de Norte a Sur, con tal vez, alrededor de dos mil euskaldunak hablándolo.


La región del Iparralde, con sus tres provincias, Lapurdi, Benafarroa y Zuberoa, sigue siendo el bastión de la lengua materna. También buena parte de Bizkaia (centro y oriente) y pequeñas regiones arabesas, así como el norte de Nafarroa y tres cuartas partes de Gipúzkoa mantienen enhiestas la bandera del idioma.

SU ANTIGUEDAD

Los indicios más antiguos del euskara están referidos a nombres propios y fueron hallados desde el valle de Arán hasta el Euskadi moderno. Sus inconfundibles testimonios constan de inscripciones como ANDERE (mujer), pero también de adjetivos y sufijos de íntima relación con el idioma mismo. Resultará indiscutible, entonces, que en los antiguos territorios euskos se hablaba una lengua casi idéntica al euskara. A diferencia de la historia euskaldun (por falta de documentación o por malicia), la gloriosa antiguedad de la lengua madre nos eximirá de cualquier discusión.

Por su parte, el erudito Schulten, prestigioso por la interpretación de textos clásicos, aseguraba que nuestra lengua extendía su predicamento muchos kilómetros más allá de Los Pirineos.

ESTRUCTURA DEL EUSKARA

No escapará el euskara, aún siendo distinto, a la denominación clásica que advierte que una lengua es un sistema de signos y que éste, una unidad de dos caras: SIGNIFICANTE Y SIGNIFICADO. Es decir, una serie de unidades que pueden ser percibidas por el oído como iguales o distintas entre sí.

PARTICULARIDADES

1- CINCO VOCALES 2-OCLUSIVAS SORDAS (p-t-k) 3-OCLUSIVAS SONORAS (b-d-g) 4-DOS ERRES (suave y fuerte) 5-DOS ESES (1 aplical y otra predorsal, pronunciada con la punta de la lengua como ZETA, similar a la francesa, sorda) 6-AFRICADAS (se pronuncia con la CHE o CE ACHE Y TZ como zeta)

Se considera al euskara una lengua aglutinante, igual que a la turca, constituyendo un modelo ideal, nunca realizado en su integridad. Posee abundantes recursos para la formación de palabras y cuando ha recurrido a préstamos, fue tan sólo por comodidad y no por falta de medios propios.

DIALECTOS

Las diferencias se establecen en la pronunciación, tanto como en la naturaleza de los fonemas como a su frecuencia en la cadena hablada. Para desgracia del euskara, o no, según se vea, su invasor, Luis Luciano Bonaparte y precursor de la dialectodología moderna, prretendió comprender nuestro idioma y clasificarlo en ocho dialectos. Su craso error, para algunos filólogos no existe tal equivocación, consistió en no haber comprendido que un dialecto, en un país como el nuestro, donde la variación es el resultado de sedimentaciones seculares, estaba más allá de simples límites geográficos. Por esta misma razón, ha resultado harto difícil para los linguistas Juan de Moguel y Pablo de Astarloa circunscribir a cada provincia un dialecto propio.

Si recorriéramos Euskadi, pueblo a pueblo, casa a casa, no encontraríamos dialectos unitarios, con claras soluciones de continuidad, sino palabras pronunciadas de distinta manera (con variación en las vocales. Los distintos dialectos tomaron para sí algunas de estas denominaciones descartando las otras. De tal modo, las distintas regiones rivalizaron durante siglos por el sólo hecho de diferenciarse de sus vecinos en la forma de hablar. El caso sintomático, peculiar y de neta imposición vasca se ha dado cuando en lugares distanciados entre sí, usaron las mismas palabras, es decir, cuando la competencia no tenía lugar.ëstas y otras situaciones irrisorias han dificultado la pesquisa del enorme caudal linguístico completo y denota la tendencia general de todo carácter popular a disgregarse siempre y primero en masas menores a antes de unirse en mayores.

En las vecinas Bizkaia y Gipuzkoa, separadas por escasos kilómetros, el cambio es brusco, la forma de hablar muta, pero en otras, tendríamos que agudizar el ingenio para apreciar las diferencias. Mal que nos pese, la clasificación de Bonaparte es la única disponible y la que respetaron filólogos como el religioso Resurrección María Azkue. La extraordinaria paradoja estriba en que la división ofrece un marco de referencia que todavía nadie sustituyó por otro. Pero, el príncipe Bonaparte, sin caracterizarse por ser un pensador profundo, sobresalía por intuitivo y sagaz. Era un registrador minucioso de todo lo grande y pequeño qué ocurría a su alrededor

LA CLASIFICACIÓN DE LUIS BONAPARTE

Dada la particular concepción que tenía del dialecto, planteó cuestiones académicas tales como la de determinar si el baztanes era una variedad alto-navarra o lapurditarra. Y salvo por preferencias, no se podrían resolver de manera satisfactoria, ni en uno u otro sentido, puesto que el baztanes es en cierto modo, alto-navarro y lapurditarra y sin embargo, podría no serlo, por tanto se impone que lo definamos como aglutinador de rasgos de ambos dialectos.

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