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Justo José de Urquiza. Autora Ayelén Soledad Nabarro. Profesora de historia.

El General Urquiza, primer presidente argentino del país que dio en llamarse en el año 1853, CONFEDERACIÓN ARGENTINA. Fue hijo de un padre vasco y bizkaitarra José de Urquiza y de madre criolla, Cándida García. Su padre había emigrado de su Bizkaia natal hacia el Río de la Plata, desde muy temprana edad. Para la historiadora Susana P de Domínguez, el padre del general respondía a las características generales de los oriundos de la provincia euskaldun: "Hombres celosos de sus libertades y fueros e intransigentes con sus enemigos". Estos atributos serían trasplantados a la provincia entrerriana y la fusión de esas virtudes que se verán en nuestro prócer.

Al llegar a estas tierras, el padre de Urquiza trabaj´con su tío Mateo Ramón de Álzaga (apellido de indudable origen vasco que repeliera las invasiones inglesas de los años 1806 y 1807.

Tiempo más tarde fue designado por el Gobierno de Buenos Aires como Comandante militar de Entre Ríos. Más tarde fue encargado para administrar un campo cercano a Gualeguaychú, en el establecimiento conocido como "La Centella". Años después sus progresos económicos fueron visibles y comenzó la etapa de adquisición de nuevas propiedades rurales.

A finales del siglo XIX, Entre Ríos era una región abrazada por los ríos Paraná y Uruguay, escasamente poblada y sólo en la zona sur se planificaban pueblos como Concepción del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú. En estas tierras casi inhóspitas, la lejanía y la falta de atención del gobierno central serán la cuna del federalismo que encontrara en Urquiza su máximo exponente.

El prócer entrerriano nació el 18 de octubre de 1810 en el norte de la Villa de Concepción del Uruguay. Toda su infancia y adolescencia transcurrió en el campo familiar, donde le fueron inculcadas las primeras nociones educativas a través del sacerdote de la capilla de los urquiza. Siendo ya muchacho se trasladó al colegio San Carlos de Buenos Aires. Al cabo de sus estudios y ya regresado a su tierra, según la investigadora Beatriz Bosch, se dejaría ver como un hombre sedentario (vivió casi siempre en Concepción del Uruguay), avezado en los secretos de la tierra, afanoso en la tareas emprendidas, con un fuerte sentido de la realidad, pudiendo madurar su natural talento al tratar con individuos de acción.

Los conocimientos adquiridos en Buenos Aires le permitirán trabajar como Notario eclesiástico y Procurador, aunque años más tardes se inclinará por las actividades mercantiles. Desde que cobrara protagonismo en la Historia argentina y hasta el final de su vida será acérrimo defensor del federalismo y luchará por dar al país una organización jurídica-política-geográfica.

Su actuación política comenzó en el año 1826 cuando fue elegido diputado al Congreso Provincial. En dicha asamblea se destacó por su actuación y hará explícito su ideario federal al rechazar la Constitución dictada por el Congreso de Buenos Aires, considerando que el sistema de gobierno que más convenía era el Republicano Representativo y federal, constituyéndose el ESTADO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL RÍO DE LA PLATA.

Necesario es destacar sus intentos por llevar a cabo las reformas en Entre Ríos para modernizar sus estructuras,alejada como vivía del centro neurálgico de la época, el puerto de Buenos Aires. Luchó con denuedo, también, procurando que no persisitiera el soslayo a que la sometía el gobierno central. Por esa razón, pese a su rechazo a las ideas unitarias, tomó de Bernardino Rivadavia sus conceptos reformadores. Abogó por mejorar los niveles de enseñanza educativa mediante la aplicación del sistema Lancasteriano. Durante sus sucesivas gestiones como gobernador y también como presidente de la Confederación, realizó sustantivas mejoras urbanas.

Participó en las revueltas políticas del año 1826 que tenían como fin instalar en la gobernación a Ricardo López Jordan. El 08 de noviembre del año 1830 participó de otros enfrentamientos militares que acabaron con él en la cárcel.

Durante el gobierno de Pascual Echague, culminando el período anárquico de la provincia, Urquiza será nombrado comandante de segundo orden.

El 04 de enero del año 1831 se organizó el país tras el Pacto Federal, donde ya se perfilaba la figura del caudillo de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas,. Sus opositores, entre los que se encontraba Fructuoso Rivera, pusieron sus ojos en Urquiza y por medio de Francisco Lecocq le propusieron formar un estado independiente junto a la provincia Orientalcon él al frente, con Entre Ríos como gobierno central, pero el general rechazó el plan.

Años más tarde fue designado Segundo Jefe del ejército que derrotó a Berón de Astrada en la batalla de Pago Largo (año 1939). Poco después, Urquiza derrotó a Lavalle cuando éste quiso intervenir la provincia. Diversos sucesos, al cabo de la década comenzaron a perfilar el crecimiento de una nueva y decisiva figura de la historia argentina. Cuando el ascenso militar de Urquiza lo contituía en personaje insoslayable fue elegido por la Legislatura entrerriana como gobernador de la provincia ( 13 de diciembre de 1841). No le esperaba tarea fácil, puesto que Entre Ríos quedará en manos de los unitarios paz y Rivera, aunque meses más adelante, Urquiza los derrotará en la batalla de Arroyo Grande, logrando que se replegaran los vencidos hasta Corrientes

En el año 1945 el general entrerriano derrotó a Fructuoso Rivera en India Muerta, logrando con ello el regreso de Oribe al poder de la Banda Oriental. Para ese entonces, su popularidad tanto en el Plata como en la Banda Oriental adquiría ribetes extraordinarios. Cuando fue reelegido gobernador de su provincia se abocó a terminar con todas las revueltas unitarias que desequilibraban la región. Tiempo más tarde comenzaron las asperezas con el caudillo bonaerense, Rosas. Su gobierno se caracterizó por la remodelación edilicia, construcción de escuelas, obras que contribuyeron a alejar del imaginario social la idea de una Entre Ríos desértica.

Urquiza destinó parte de su fortuna personal para mantener el ejército de la provincia. Se mostró siempre un hombre preocupado por la educación de los entrerrianos. La cultura popular fue uno de los objetivos principales y para ello creó la Junta Directora de las Escuelas primarias, con la que impondría la escuela primaria como gratuita y obligatoria para niños de seis a trece años.

Del relato del unitario Ángel Elias nos quedará la conclusión que Urquiza mostraba admirable preocupación por la disciplina ciudadana: "Con asombro observé y me es satisfactorio el escribirlo, que Entre Ríos es una provincia donde reina el orden y una completa moralidad.

También llevó con éxito un proyecto de colonización extranjera y será la provincia elegida por unitarios y federales proscriptos para retornar al país. Participó, además, de la cuestionada batalla de Caseros, donde comenzaría el camino hacia la reorganización nacional, su más preciado proyecto. Tras vencer a Rosas, el 1° de mayo de 1853 fue elegido Presidente de la Confederación Argentina (un año antes se había firmado en San Nicolás de los Arroyos el Acuerdo que lo posibilitó. El proyecto lo había mandado a redactar Urquiza a Juan Bautista Alberdi)

Pero, de ninguna manera Buenos Aires mostró su disposición a integrarse y entonces, ante tamañas discrepancias la guerra civil surgió inevitable y tendría lugar la batalla de Cepeda donde Urquiza se eregiría triunfador. Nuevamente al frente de los destinos del país, tras el pacto de San José de Flores, los perdedores se unieron a la Confederación por un período no demasiado prolongado. Al cabo de nuevas batallas y sucesivos encontronazos entre federales y unitarios, tendrá lugar la batalla de Pavón, donde el general Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza, confinándolo al retiro político y militar al gran entrerriano. Fue asesinado en su propio palacio de San José por una conjura desatada en su contra ante la posibilidad que regresara a las arenas políticas,buscando como siempre la unidad nacional.

Fue un notable luchador por el crecimiento de su provincia y le dio al país un orden desconocido hasta entonces. Para el final de este artículo hemos dejado el pensamiento de Antonio L de Luque: "el prohombre entrerriano, lejos siempre del egoismo, no tuvo otro objetivo en su vida que propiciar la unidad y el engrandecimiento de la patria. Al servicio de ese elevado propósito puso la enorme fuerza de su influencia, como soldado y como ciudadano".

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