El propósito de decidar una nota a tan nefasto personaje, no será otro que el de poner de relieve la alcurnia de quien acometió la alocada empresa de invadir fallidamente Euskadi. No se podrá poner en duda su neta raigambre vasca, por mucho que se discuta si Velazko proviene de los antiguos Vela, teniendo en cuenta que por línea materna descendía de apellidos euskéricos como los Mendoza.

Para Labayru, investigador amable y condescendiente con los monarcas, si los hubo, los Velazko ya figuraban en una escritura de donación en el año 1044. este investigador basa sus afirmaciones tomando como referencia que "bela o vela" significan CUERVO y "belaze", "prado o yerbal", a los que agregándole el sufijo disminutivo "ko", "sko", o tal vez, el localizador "o, oa, zkoa", como en Ipusko, pudo formarse fácilmente el histórico apellido, muy común en la provincia de Burgos (lindante con Euskadi) y otras regiones cercanas que pertenecieron antiguamente a Euskadi.

Tengamos en cuenta que en la provincia de Navarra existe el pueblo de Belaskoain, que significaría "LA PROPIEDAD DEL VELAZKO"
Lorenzo Galíndez, por su parte, ha trabajado arduamente para llegar a los antepasados de este traidor hasta la décima generación, pudiendo demostrar que esta familia vivió a la sombra de la realeza castellana, ejerciendo el cargo de Camareros mayores de Palacio, por los menos desde el año 1280 hasta 1470 en que falleciera el "el buen conde de Haro, padre de quien nos ocupa.

Se trató del hijo mayor del buen conde, nacido aproximadamente en el año 1430, sin heredar ninguna de las virtudes que caracterizaron a sus padres. Mientras viviera su progenitor, su figura y luces lucieron escasamente. Contrajo matrimonio siendo muy joven, hacia el año 1448 y al igual que su padre, puso sus ojos de enamorado en una descendiente de la Casa Mendoza. Su elegida fue Mencia, hija del primer marqués de Santillana.

Este conde fue tan versátil como los mayores de su propia familia y llegó a mostrarse partidario de Alfonso cuando fuera proclamado rey por la mayoría de los grandes Señores de Castilla y León. Las crónicas de la época indicaron que en las batallas sucesivas donde Enrique veía peligraba su trono, el conde De Haro se mostraría como un caballero leal y de mucho valor, condición ésta que le valdría la absoluta confianza del monarca.

En el año 1468, tuvo en sus manos la negociación encomendada por Enrique respecto de su hermana Isabel. sabido es que ésta vivía enamorada de Fernando de Aragón, aunque Enrique pretendiera que casase con don Alonso, rey de Portugal. De Haro llevó una amenaza concreta en forma de mensaje: o casaba con el lusitano o la enviaba a la cárcel.
A morir su padre, en el año 1470, lo sucedió en el cargo de camarero mayor de palacio y en el año 1473, tras la muerte del condestable de Castilla, de origen vasco, Miguel Lucas de Iranzo, fue nombrado Condestable de Castilla, vale decir, jefe militar supremo, o como gustaba llamarse, encargado principal de las huestes castellanas.
Al año siguiente, muerto Enrique, juró por reina a Isabel en Segovia, quien lo confirmó en los dos cargos que ostentaba. Era Velazko, por aquella época quien más número de vasallos tenía y una vez iniciada la guerra de sucesión entre Castilla y Portugal, lograría formar un extraordinario ejército en peones y armas: veinte mil jinetes y cincuenta mil infantes, de los que formaban parte no pocos vascos.
Para quienes sostienen que los Fueros Viejos eran una invención modernista de historiadores provasquistas que pretendían mostrar caprichosamente una historia que noe xistió, nos vamos a apoyar en los conceptos de Mosés Diego de Valera, notable investigador de la época a que hacemos referencia y además, insospechado de vasquismos convencional:
"E como los viscaynos tenían antiguas leyes e costumbres e podían desnaturarse del rey si atentare quebrantarlas y el condestable de Haro ay quisiese algunas cosas fazer contra sus leyes y costumbres, los viscaynos fueron de ello muy mal contentos".

Valera no habló de Fueros ni de privilegios, tampoco confundió a Castilla con España, grosero error en el que incurren, por ignorancia o mala intención, muchos cronistas e "idóneos" en el tema. Y no lo hizo porque se trataba de leyes y costumbres que convirtieron a Bizkaia en lo que verdaderamente era: un Estado verdadero y un pueblo originario, dueño de la tierra que pisaba, por tanto soberano de sí mismo. Para las conclusiones del propio Valera, la ira y el encono fue tal, que hasta los propios "aundikiak" se unieron por primera vez en la larga historia vasca para defender sus libertades. No habrá que olvidar que el conde de Haro era un referente de los uno de los bandos que durante dos siglos y medio asolaron Euskadi, sumiéndolo en la pobreza y la anarquía, por lo tanto, para los vascos tuvo un sabor especial, luchar contra la invasión por él encabezada junto a su esposa Mencia Mendoza.

De todos modos, este nefasto personaje siguió teniendo, a pesar de la humillante derrota sufrida en el año 1471 en Munguía a manos de Pedro Manrique, preponderancia en la Corte castellana, porque Enrique siempre se mostró predispuesto a complacerlo en sus desmedidas ambiciones. A la muerte del monarca, la propia Isabel, heredera al fin de la corona castellana, lo ratificaría en los cargos que ya ostentaba.: Camarero Mayor de la Corona, vale decir, que de Haro era el responsable de los ejércitos reales. En el momento de mayor esplendor, llegó a tener un ejército con 20 000 soldados y alrededor de treinta mil reclutados.

Para tener una idea acabada del poderío de este conde y su propia familia, digamos que la Casa Velazko, para comienzos del siglo XIV fundaron Bilbao en nombre de los de Haro.
Otro mal hijo de Euskadi, que vivió muy poco en el territorio y sí, casi siempre en Castilla, olvidando, incluso, los consejos de su propio padre, el llamado buen Conde de Haro: "Tratareis a tus mayores vascos con el debido respeto porque ellos son los verdaderos dueños de las tierras que poseéis".