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LA GUERRA INCIVIL ESPAÑOLA DEL AÑO 1936 - Profesor Luis Lúquez Minaberrigaray

LA SUBLEVACIÓN MANIFIESTA Y DEFINITIVA

17 DE JULIO DE 1936: Finalmente, estallaba en diversas regiones de la península y en la totalidad del Protectorado español de Marruecos la sublevación militar tantas veces anunciada y denunciada, cuya cara visible fueron los generales Franco, Sanjurjo y Mola, entre otros militares de menor rango, cuidadosamente pergeñada y que por supuesto, contaba con el apoyo civil de las organizaciones políticas de Derecha, de sectores ultra conservadores de la iglesia católica y de la oligarquía industrial financiera que veía con marcada preocupación el avance de los sindicatos de ideología izquierdista en sus propias empresas. Un día después del alzamiento militar, el dirigente vasco del PNV, José A. Agirre se desplazaba a Bilbao, mientras la insurrección ya  era un hecho concreto en la península, asestado contra la República.

18 DE JULIO DE 1936: El golpista Emilio Mola rechazaba el ofrecimiento del republicano Martínez Barrio para conformar un Gobierno de Derecha, donde se lo integraría a condición que depusiera las armas y donde, además le sería perdonado el intento de golpe de Estado. Las tres reuniones celebradas entre dirigentes republicanos y el propio Mola, en menos de 36 horas hablaron a las claras del protagonismo que le cabría al fascista navarro en el devenir de la guerra.

18 DE JULIO DE 1936: El máximo organismo del PNV hacía pública su decisión de colocarse del lado de la República a través de una declaración radial donde aseguraba: "Planteada como ha quedado la lucha entre el fascismo y la ciudadanía, entre la República y la monarquía, nuestros principios republicanos innegociables nos llevan a situarnos decididamente del lado de la ciudadanía y la República, en consonancia con la premisa que por siglos han defendido los vascos para vivir en paz y en libertad". En paralelo y como botón de muestra del devenir, el gobernador civil de Bizkaia, José Echevarría Novoa declaraba que en la provincia se respiraba clima de republicana tranquilidad, con el absoluto respaldo de las Fuerzas Armadas bizkaitarras.

19 DE JULIO DE 1936: El general Emilio Mola se sublevaba definitivamente en Pamplona, (tras interminables cabildeos) previo asesinato del general Rodríguez Medel  por parte de sus militares aliados. De inmediato, puso en marcha su formidable maquinaria bélica a la que se sumaron, rápidamente, los voluntariados del Requeté navarro. Tras algunas horas de tensión y ambigüedad, también la Guarnición Militar de Gasteiz  daba su apoyo al alzamiento. Ante tamaños acontecimientos, el Gobierno Vasco realizó su primera declaración oficial tras el intento de Golpe de Estado, solidarizándose con la II República "en cualquiera de sus formas democráticas". Ese mismo día, el Bizkai Buru Batzar autorizaba el nombramiento de Ministro sin Cartera a José Irujo dentro del nuevo gobierno republicano liderado por el farmacéutico José Giral. Se trat´de una jornada plena de definiciones, puesto que también fue creado el Comité del Frente Popular bajo la dirección del gobernador de Bizkaia. Ya en el plano militar, no podría obviarse la sublevación producida en los Cuarteles de Loyola, donde los sitiados (fascistas) contaban con alrededor de dos mil fusiles, cuarenta cañones y un número indeterminado de ametralladoras, al tiempo que los sitiadores (republicanos) contaban con alrededor de trescientos fusiles. la sola diferencia en armamentos hablaba a la claras del sustento estratégico bélico que apañaba el golpe.

Al mismo tiempo, los militantes de las organizaciones obreras se lanzaron a las calles, dando inicio a la reorganización de las milicias dirigidas por el Comandante Pérez Garmendia. Mientras tanto, en la mañana de aquel domingo se realizó un espectacular desfile militar que recorrería la Gran Vía bilbotarra hasta llegar al Palacio de la Diputación. Hasta aquel momento, la adhesión de los militares a la República parecía total.

19 DE JULIO DE 1936: Una compañía del Batallón de Montaña, América 23, proclamaba la Ley Marcial. Finalmente, tras algunas dilaciones que sólo consiguieron aumentar el grado de confusión en el PNV, el teniente coronel Camilo Alfonso Vega, jefe del Batallón de Flandes, dio el espaldarazo definitivo al alzamiento.

19 DE JULIO DE 1936: Tras el pronunciamiento de Alonso Vega, el Ministro de Guerra republicano ordenó la detención del militar sublevado, pero éste, tras interminable conciliábulo con los coroneles Abreu y Campos Guereta, decidió quedar a órdenes del general Mola. Entonces, definitivamente, para el mediodía de aquel nefasto domingo, las calles de Gasteiz se poblaron de boinas rojas y camisas azules, mientras que una compañía del Regimiento de Flandes leía el bando de guerra.

19 DE JULIO DE 1936:  En Bilbo fue allanada la propiedad del político derechista, Lezama Leguizamón, denunciado como cabecilla de la sublevación en la provincia de Bizkaia. Allí fue encontrado un documento escrito de su puño y letra donde constaba el acuerdo existente con los oficiales del Regimiento de Garellano con los golpistas.

19 DE JULIO DE 1936:  Tres periódicos afines al fascismo, en Bilbao, fueron clausurados por fuerzas republicanas, a saber:

LA GACETA DEL NORTE

EL PUEBLO VASCO

EL NERVIÓN

20 DE JULIO DE 1936: El absurdo clima triunfalista que se vivía en Gasteiz por parte de los republicanos, sólo podría explicarse en la indecisión de los organismos gubernamentales, aún asumiendo que las comunicaciones cortadas en los cuarteles eran en sí mismas, claros mensajes de alarma

20 DE JULIO DE 1936: No obstante, el notable poderío militar que ostentaba, un grave error error cometería el traidor Emilio Mola, al mal suponer que los nacionalistas no se unirían a los Frentes Populares para defender la República. De tal manera, los batallones de voluntarios vascos de Gipuzkoa y Bizkaia convirtieron a la primera en la provincia más conflictiva, sobretodo cuando Manuel de Irujo denunciara a Europa cuanto ocurría en África y Andalucía. A través de un mensaje transmitido por Radio San Sebastián y reproducido a cada hora, rezaba: 

"Sea cual fuere el objetivo de los sublevados y la asistencia extranjera con que cuenten, nosotros, como demócratas, tomamos partido por la representación legitimada en el voto popular hacia la República".

Ese mismo día fallecía en un accidente aéreo, por causas nunca debidamente aclaradas, el general sublevado Sanjurjo, elegido por un sector de la iglesia y la oligarquía católica como el militar "idóneo" para ponerse al frente del Estado español. Lentamente se abría paso, a fuerzas de traición y más muertes, un oscuro, criminal y nefasto personaje: Francisco Franco.

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