"¡LOS VASCOS LO HICIERON!" 

la célebre frase pronunciada durante un mitín político cuando despuntaba el año 1778 por Thomas Jefferson, luego ungido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica durante el período 1801-1809, en primera instancia causó sorpresa entre los asistentes. A simple interpretación de quienes la recepcionaron asomaba genérica, ambigua y hasta confusa. Sin embargo, puntualmente hacía referencia a la presencia estable de las poblaciones balleneras en el noroeste de la isla de Terranova, estuario de San Lorenzo, Red Bay y regiones cercanas. También se extendió en consideraciones, aquella madrugada, al grado de industrialización que aquellas empresas instaladas en un continente a explorar en todos sus aspectos, consiguieron a través de la caza del preciado cetáceo. 

Thomas Jefferson, a manera de aval para el significado que tuvo luego en la Historia de la Humanidad la navegación marítima y la industrialización de la ballena, tanto como del atún y la foca llevada adelante por empresas de neto origen baskongado mencionó a JAQUES CARTIER. Sostuvo con datos ya aportados por investigadores de diferentes nacionalidades que hubieron trabajado en el tema durante el siglo anterior,  que entre el primer dato fehaciente cotejado por Francia con el arribo de su explorador más prestigioso, (el propio Cartier), en el año 1517 respecto del "descubrimiento" que del nuevo continente se arrogara la Corona española en el año 1492, tan sólo habían transcurrido dos décadas y media.

Este vital espacio de tiempo y la falsedad de la percepción instalada por pro-castellanos ya había sido laboriosamente contrarrestado por diversos arqueólogos que habían descubierto decenas de variedades de tejas y pizarras (de indudable fabricación baskongada) que en mucho superaban la vida útil  estimada para dichos materiales construcción

De manera que el histórico cuarto de siglo antes mencionado suena tan sólo a anécdota, a caprichos de historiadores que "ningunearon" sistemáticamente la capacidad industrial vascona y pretendidamente, su propia identidad. Por supuesto, no se ha tratado tan sólo de un ejemplo tomado al azar, sino como un testimonio clave de nuestras investigaciones en formato de prólogo para el devenir de este Ensayo.

No obstante, no sería Thomas Jefferson nuestro único punto de referencia para evaluar la presencia de aquellas poblaciones balleneras en Labrador y también en la costa del bravisimo río Hudson, tanto como en Golfo de San Lorenzo (también conocido como Nueva Bizkaia). A través de años hemos recogido invalorables testimonios de  investigadores de distintas nacionalidades y notable idoneidad. Ellos hallaron, entre otras pruebas innegables de la presencia vascona allí, restos de utensilios, utensilios y fragmentos de distintos materiales que lograron sortear la acción corrosiva de la agresiva naturaleza al paso de los siglos.  

Entonces, insistiremos con el siguiente concepto: Nuestra investigación no sólo conlleva la intención de demostrar que las poblaciones balleneras vascas fueron las primeras en instalarse por donde casi un siglo después navegara el genovés Cristóbal Colón, sino que pretende, al mismo tiempo, reconstruir el desarrollo de la economía pesquera (con base financiera/industrial, tanto en las provincias de Gipuzkoa y Bizlaia en la región del Hegoalde como en los puertos y astilleros de la localidad de Baiona, en el Iparralde.  De manera que a través de documentaciones diversas hemos logrado interpretar las más que factibles técnicas de utilización de los instrumentos hallados, como ya dijimos, en el terreno de los hechos. Sin embargo, debimos ser muy cautos en la discriminación de las antiguas faenas pesqueras, dado que la fantasía y la realidad se han mezclado de tal modo, que en situaciones puntuales se han tornado realmente difíciles (o tarea ímproba) las acciones tendientes a separar la fábula de esa realidad que buscamos testear desde la veracidad y no del "DICEN QUE DIJERON QUE..."

He aquí otra de las razones para llevar adelante este Ensayo, habida cuenta de la necesidad de establecer analogías entre los antiguos métodos y elementos de caza y pesca de aquellas poblaciones balleneras del medio evo. Hemos extendido de buena gana el espectro de nuestras investigaciones y chequeos de distinta índole al considerar como innegable la importancia que los recursos pesqueros tuvieron y tienen para las sucesivas sociedades. También somos conscientes, porque los datos recabados así lo certifican, que sin alianzas ponderables comercial/empresariales del tenor de LA LIGA HANSÉATICA, todo el crecimiento que ponderamos no hubiese sido posible