El avance de los sublevados seguía siendo arrollador y de tal modo, en la segunda quincena del mes de setiembre, las tropas comandadas por el Coronel Solchaga, partiendo desde la Guarnición de Álava consiguieron avanzar hasta Mondragón, obligando a los republicanos a retroceder hasta la línea del río Deva. Encontrarían allí los golpistas enconada resistencia de los comandos vascos, quienes lograban consolidar posiciones más acordes con la gravedad de las circunstancias merced al apoyo de las milicias gipuzkotarras y bizkaitarras, junto al batallón de GUDARI.
Al mismo tempo, el dirigente del PNV vasco, Indalecio Prieto, conseguía que armas y municiones llegasen desde el extranjero, potenciando el ánimo de los republicanos.
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