Recordemos que en la primavera del año 1615, el monarca danés Christian IV, envió una carta al Parlamento exigiendo autorización especial para que los ciudadanos islandeses pudiesen matar libremente a cualquier extranjero que significara una amenaza para su supervivencia. Dicha misiva contemplaba la posibilidad de apoderarse de barcos no locales y saquearlos en beneficio propio. El encargado de hacer cumplir la ley a como diera lugar fue el Juez Ari Magnúnsson, Jefe Militar de la región.
Tras la primeras y sangrientas requisas en las cabañas ribereñas, treinta y dos pescadores baskos fueron asesinados, constituyéndose en la mayor matanza de la historia de Islandia, perpetradas contra contingentes extranjeros. Cabe consignar que los pescadores baskos masacrados durante una noche de intensa tormenta permanecían al grupo que permanecía en tierra para el mantenimiento de las factorías. En paralelo, las naves que se habían hecho a la mar, semanas antes, cazaron once ballenas y tras fundir la grasa, intercambiaron con los lugareños de la región carne de ballena por carne de oveja, lo que en sí mismo constituía un intercambio comercial concretado más por necesidad y conveniencia que atado a los acuerdos pautados de antemano. Justo es decir que se fortalecía la utilización del PIDGIN.
LOS SUCESOS DEL 17 DE OCTUBRE DE 1615
En la nota anterior se hizo mención a la decisión de dos de los cuatro capitanes de los barcos balleneros para regresar a Euskadi. Quienes permanecieron en Islandia, Villafranca y Etxeverría, dividieron la tripulación restante, alrededor de doscientos cincuenta cazadores, en dos grandes grupos. Tentativamente, la mitad de ellos se quedaría en tierra para reafirmar la imagen de población estable, mientras que el resto se haría a la mar.
De acuerdo a los datos recogidos desde las obras de Jón "El docto", en la tarde del 13 de octubre de 1615, un grupo de baskos ingresó a un almacén del poblado de Vatneyri con intenciones de asaltarlo y de hecho, robó pescado seco y pieles de ovejas y en su huida, cuando un pastor luterano intentó disuadirlos para que devolvieran lo robado, los "arrantzales" lo golpearon y lo amenazaron de muerte. Como represalia a tamañas agresiones, dos días más tarde, en plena madrugada del 17 de octubre, el Juez Ari Magnússon, al frente de alrededor de cincuenta hombres asesinó a los más de sesenta percadores que dormitaban en cinco cabañas construidas en cercanías de la costa. En dicha matanza estuvo incluido el capitán Villafranca.
LA BATALLA POR SOBREVIVIR
A partir del luctuoso suceso, el capitán sobreviviente, de Etxeverría intentó anudar acuerdos de convivencia pacífica con los pastores luteranos de cada región, donde quedaban incluidos acuerdos comerciales más que beneficiosos para las poblaciones locales, donde el sacerdote islandés, Jon Grimmson exigió la condonación de la deuda contraída por los pobladores lugareños generadas por la entrega de aceite y carne de ballenas. Sin opciones superadoras, el capitán basko debió aceptar, aunque no acabaron allí las penurias de los visitantes, puesto que el Juez Magnússon resultaría un implacable perseguidos de los cazadores de ballenas baskos.
Allí donde estuviesen o se escaparan, él estaría detrás con sus grupos de mercenarios dispuestos siempre a acabar con cualquier vestigio de aquellas pretendidas poblaciones balleneras baskas. Y tanto sería el ensañamiento que hacia mediados de noviembre del mismo año, en una madrugada de intenso frío se produjo otra matanza masiva de cuarenta y cuatro pescadores baskos cuando los isleños incendiaron una gran cabaña donde dormían.
Se desatarían a continuación enfrentamientos continuos y de distinto tenor entre los sobrevivientes baskos y los lugareños, donde durante cuatro meses se produjeron más muertes y secuestros de mujeres isleñas por parte de los extranjeros. Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, el capitán de Etxeverría decidió abandonar la región y emprender definitivamente el regreso a Euskadi. las investigaciones posteriores realizadas indican que el capitán basko había sido condenado a muerte por dos jueces regionales.
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