EL PERÍODO NEOLÍTICO
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Según todas las investigaciones a las que hemos tenido acceso, este período provocó modificaciones sustanciales en la vida de los primeros habitantes de aquel Euskadi. El final de aquel Período se daría con la última glaciación, con climas menos fríos y más húmedos. Estos cambios producidos, trajeron consigo una notable variación en las especies animales y vegetales, que al mismo tiempo impactarían en los hábitos de aquellos pobladores euskos, sobre todo en lo referido a las técnicas aplicadas a la caza y a la pesca.
También las poblaciones aumentaron en número considerable y las zonas de residencias se ampliaron notablemente ante la posibilidad que vislumbraron para adentrarse en los territorios desconocidos. Era evidente que a medida que la naturaleza les ofrecía nuevas alternativas, aquellas tribus comenzaron a vivir de un modo medianamente superador cuando comprendieron que con las pieles de los animales que mataban, podían abrigarse y que el fuego no solamente daba calor, sino que también espantaba a las fieras por las noches. Existen pruebas concretas para afirmar que durante este Período, aquellos pobladores aprendieron a convivir con la iconografía y a consustanciarse con ciertos ritos funerarios hasta allí desconocidos.
También ha quedado registro de la existencia de los primeros animales domésticos, como los perros (como posible derivación del lobo siberiano, aunque en aquellos períodos eran más altos y delgados). En cuanto a las cerámicas más antiguas y sin decoración alguna, encontradas en territorios de aquella Euskal Herría, digamos que datan de los años 4 400 a 4 000 AC. Convengamos que a diferencia de los Períodos anteriores, donde los cadáveres se inhumaban en el suelo de las cuevas, hacia la finalización del Período Neolítico, aquellas tribus comenzaron a realizar depósitos colectivos en los interiores de los dólmenes y las cavernas.
Recordamos que el más antiguo de los dólmenes fue hallado en la provincia de Áraba, con una antigüedad tentativa de alrededor de 3 200 años AC. En esta provincia se encuentran los dólmenes de mayores dimensiones del suelo basko, como son los AIZKOMENDI. la mayoría de los dólmenes responde a las características de Cámaras Simples, aunque también hay algunas construcciones más amplias y complejas, precedidos por corredores, incluso, con galerías abiertas.
De acuerdo a las investigaciones y conclusiones entregadas por el Equipo de Antropología liderado por el notable religioso gipuzkotarra, José Miguel de Barandiarán y Ayerbe, entre los años 25 000 al 16 000 Ac, fue construido un santuario en el interior de una cueva perteneciente al Período Magdaleniense (fase final del Período Paleolítico Superior) en la región bizkaitarra de KARRANTZA De aquella época existen muestras similares en la misma provincia. Asimismo, recordemos que las ya mencionadas cuevas de Santimañe, Arenaza,y Ekain fueron descubiertas hacia el 13 000 AC.
También sabemos que ya con el Período Neolítico avanzado, las tribus baskonas primitivas comenzaron a abandonar las cuevas como lugar de residencia y se dedicaron a construir viviendas al aire libre. Ya en la Edad de Bronce, entre los años 1 500 a 1 200 AC, las agrupaciones de cabañas comenzaron a dotarse de servicios comunes, tales como.
LOS POZOS
LOS SILOS
LAS FORTIFICACIONES
Tengamos en cuenta que para aquella época existían ya las herramientas y las armas junto a los utensilios domésticos, fabricados en bronce y cobre, de acuerdo a los restos de los objetos hallados a través de las distintas actividades realizadas en el transcurso de la última parte del siglo XX.
Todos los materiales histórico-culturales a través de los cuales el Instituto de Cultura Vasca Eneko Aritza basa su actividades se editan en formato cd.