Sin dudas, se trató de la institución monárquica más importante del bajo medioevo, cuyo nacimiento pudo comprobarse en el año 601 merced a la decisión de los reyes merovingios, Teodeberto II y Teodorico (creadores de la Marca del Ducado) sobre la base territorial de la provincia bajo-imperial romana de  Novempopulania. Recordemos que el Ducado se extendía desde el sur del curso del río Garona hasta la vertiente continental de Los Pirineos.

El objetivo primordial que perseguían los monarcas estaba relacionado con la organizativa de la región para posibilitar la generación de una mayor recaudación de impuestos que permitiera sostener los enormes gastos que demandaba el sostenimiento de los ejércitos que reprimían los pueblos baskones, quienes intentaban rebelarse en forma permanente. Al mismo tiempo, intentaban potenciar la administración de justicia. Todas documentaciones creíbles sostienen que la Baskonia Ducal fue poblada principalmente por los descendientes akitanos dentro de un territorio fronterizo habitado por el pueblo baskongado, pero asignado a un duque o a un mando militar determinado.

Recordemos que éstos gozaban de un tipo de autonomía singular concedida por los monarcas merovingios a los territorios gobernados por sus oficiales. Convengamos que con el cambio de dinastía, tanto la Akitania como la Baskonia perdieron su independiencia comor esultado de una guerra inacabable desatada entre los bandos francos que se extendió por espacio de una década (desde el 760 al 769). Al cabo de aquella cruenta contienda, el autoproclamado rey, Pipino "El Breve", decidió combatir ferozmente en sus dos regiones cercanas, aunque, no lograría cumplir con sus propósitos

En aquel año, la baskonia Ducal, encabezada por el duque Lope II, se separó de la Akitania, aunque, el poder imperialista de Karlomagno los sometió una vez más cuando creara condados asignados a sus oficiales de mayor confianza para poder controlar la región siempre inestable. Los condados  creados a tales efectos fueron: Tolosa, Burdeos, Férenzac, Toulouse, quienes, al cabo, constituyeron la Marca Hispánica.

En el año 824, una vez concluida la Segunda batalla de Orreaga, el ya proclamado rey Eneko Aritza, separó definitivamente, el reino de Navarra y los territorios pirenaicos del sur, de la Baskonia Ducal y comenzó a escribir su propia historia con respecto a su reinado en la Historia Universal. A pesar de auqel momento, entre un centenar de logros que se le atribuyen, conseguiría reflotar el protagonismo de las Baskonia Ducal, devolviéndole el podrío militar a Pamplona y sus valles pirenaicos, bajo un sistema de integración de los pueblos y las regiones circundantes, aunque, siempre actuó como aliado de la familia Banu Qasi de Tudela.

Una década después de su asunción como monarca, otro pequeño Estado, conocido en la Historia como EL DUCADO DE NAVARRA extendido hacia el Oriente, quedaba anexado al suyo y sería gobernado por miembros de la Casa Aritza. De tal manera, el efecto unificador establecido como estrategia defensiva redundaría en resultados extraordinarios cuando a la Confederación General quedaran vinculados, tanto el Principado de Tudela como el Condado de Aragón, territorios que por otra parte, habían sido poblados en siglos anteriores por los propios originarios de Euskal Herría.

Al respecto, el investigador basko, Arturo Campión nos dejaría su particular lectura sobre aquellos sucesos cuando escribiera que:

"El reino nació y creció en forma espontánea, por su virtud orgánica, como le nacen y crecen las uñas y el pico a las águilas, no por la virtud discursiva y razonadora de aquellos hombres que lideraban las gestas libertarias o porque hubieran realizado consulta alguna con el Papa. El día que aquellos caudillos se ajustaron a las normas y al Derecho para el ejercicio y la transmisión del poder, por rudimentaria que hubiese sido, sin darse cuenta ni asumir las consecuencias, habían legitimado la presencia de un rey, que no había sido el primero, precisamente".

A fuer de sinceros, digamos que mucho nos hubiera gustado comprender el significado de las palabras utilizadas por el notable Arturo Campión, porque no ha quedado claro, si entregaba una ponderación o una crítica a la gestión de Eneko Aritza o a la conducta más que singular del primer monarca navarro. De todos modos, recordamos que este notable investigador baskongado ha sido uno de los más prestigiosos referentes de la Historia Baska y que tanto ha trabajado para clarificar los grises y matices, los dimes y diretes de una historia sin parangón.

Sin embargo, , para quien este Ensayo lleva adelante, una nación siempre nacerá por la voluntad e iniciativa de los individuos que la componen. No más, no menos. Y porque pretendemos acercar la mayor cantidad (con calidad como premisa innegociable) y conclusiones posibles, provengan de quién o quiénes provengan, aquí expondremos lo que ha sido una pobrísima consideración del investigador castellano, Sánchez Albornoz. El adjetivo "pobrísima" corre a nuestro cargo, claro está.

"...y así, por la conjunción de las ambiciones de un caudillo de la Baskonia ultrapirenaica, aprovechándose del deseo d evenganza de una familia de estirpe visigoda convertida al islamismo (hacía mención a la familia Muza) oficiaba de aliado de la familia Aritza, quien por conveniencia se convirtió también al islamismo (daba por hecho  que cuando la madre de Eneko se convirtiera en la cuarta esposa del Emir de Tudela, toda la familia baskongada también había renunciado al cristianismo). Fue así como nacería el reino de Navarra, el reino baskongado por excelencia de la Edad Media".